¿Qué es el federalismo fiscal y cómo funciona en México?
El federalismo fiscal es el conjunto de normas, instituciones y mecanismos que determinan cómo se recaudan, se asignan y se gastan los ingresos públicos entre el gobierno federal, los gobiernos estatales y los gobiernos municipales. El objetivo es lograr una asignación eficiente y equitativa de los recursos, así como una adecuada rendición de cuentas y transparencia.
Conceptos clave
Para entender el funcionamiento del federalismo fiscal en México, es necesario conocer algunos conceptos clave:
- Ingresos propios: Son los que cada nivel de gobierno genera por su propia actividad tributaria o no tributaria. Por ejemplo, el impuesto sobre la renta (ISR) es un ingreso propio del gobierno federal, mientras que el impuesto predial es un ingreso propio de los gobiernos municipales.
- Participaciones: Son los recursos que el gobierno federal transfiere a los gobiernos estatales y municipales en función de una fórmula que considera variables como la población, el nivel de desarrollo, la recaudación local, etc. Las participaciones son recursos libres, es decir, que cada entidad puede usarlos según sus prioridades.
- Aportaciones: Son los recursos que el gobierno federal transfiere a los gobiernos estatales y municipales para financiar programas específicos en áreas como educación, salud, infraestructura, seguridad, etc. Las aportaciones son recursos etiquetados, es decir, que cada entidad debe usarlos para el fin previsto.
- Convenios: Son los acuerdos que el gobierno federal firma con los gobiernos estatales y municipales para realizar acciones conjuntas o delegar funciones en materia de recaudación, administración o fiscalización de impuestos federales.
Evolución del sistema fiscal
El sistema fiscal mexicano ha sufrido varias reformas a lo largo de su historia. Algunas de las más relevantes son:
- La reforma constitucional de 1980, que estableció el Sistema Nacional de Coordinación Fiscal (SNCF), con el fin de armonizar las políticas fiscales de los diferentes niveles de gobierno y mejorar la distribución de los recursos.
- La reforma constitucional de 1999, que creó el Ramo 33, que agrupa las aportaciones federales para los gobiernos estatales y municipales.
- La reforma constitucional de 2007, que introdujo el Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social (FAIS), que destina recursos para combatir la pobreza y la marginación.
- La reforma fiscal de 2013, que modificó varios impuestos federales y creó el Fondo de Compensación del Impuesto sobre la Venta Final de Gasolinas y Diésel (Focigas), que compensa a las entidades por la eliminación del impuesto estatal sobre la gasolina.
Comparación con otros países
¿Cómo se compara el federalismo fiscal mexicano con el de otros países? Según el Índice de Descentralización Fiscal elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México se ubica por debajo del promedio de los países miembros en cuanto al grado de autonomía financiera y política de sus entidades subnacionales. Esto se debe a que:
- Los ingresos propios representan una proporción muy baja del total de ingresos de los gobiernos estatales y municipales (alrededor del 10% en 2019), lo que limita su capacidad para generar recursos propios y diversificar sus fuentes de financiamiento.
- Las transferencias federales representan una proporción muy alta del total de ingresos de los gobiernos estatales y municipales (alrededor del 90% en 2019), lo que reduce su margen para tomar decisiones sobre el uso y destino de los recursos.
- La coordinación fiscal entre los diferentes niveles de gobierno es débil y poco transparente, lo que dificulta el seguimiento y la evaluación del desempeño y los resultados de las políticas públicas.
Desafíos
El federalismo fiscal mexicano enfrenta varios desafíos para mejorar su eficiencia, equidad y calidad. Algunos de ellos son:
- Fortalecer la capacidad recaudatoria de los gobiernos estatales y municipales, ampliando la base tributaria, simplificando el sistema impositivo, mejorando la administración y el control fiscal, y combatiendo la evasión y la elusión.
- Revisar la fórmula de distribución de las participaciones federales, incorporando criterios de equidad horizontal y vertical, incentivos al esfuerzo fiscal local, y mecanismos de ajuste por cambios en las condiciones económicas y sociales.
- Racionalizar el gasto público de los gobiernos estatales y municipales, priorizando las inversiones productivas y sociales, optimizando el uso de los recursos, eliminando el gasto corriente innecesario o duplicado, y evitando el endeudamiento excesivo o irresponsable.
- Incrementar la transparencia y la rendición de cuentas de los gobiernos estatales y municipales, mejorando los sistemas de información, auditoría y fiscalización, fomentando la participación ciudadana y la evaluación independiente, y sancionando la corrupción y el mal uso de los recursos.
En resumen, el federalismo fiscal es un tema clave para el desarrollo económico y social de México. Es necesario impulsar una reforma integral que fortalezca la autonomía, la responsabilidad y la coordinación de los diferentes niveles de gobierno, con el fin de lograr una mejor asignación y gestión de los recursos públicos.